Según lugareños, hay efectivos en pampas aledañas a la espera de orden para recuperar puente Montalvo. La escasez se acentúa en ciudades de la zona.
El panorama en Moquegua se ensombrece aún más. La madrugada del miércoles el descanso de la población fue interrumpido por campanadas de la Catedral Santa Catalina ante la falsa alarma de una intervención policial para intentar nuevamente reabrir el tránsito en la Panamericana Sur.
Luego, por la tarde, un helicóptero de la PNP sobrevoló la ciudad dejando caer volantes con mensajes que trataban de amedrentar a la población para que deponga la medida de fuerza que hoy cumple su décimo día.
Todo eso contribuyó a que la ciudad sea apoderada por un clima de psicosis, sensación que se sumaba a la desesperación propia del desabastecimiento de alimentos.
FALSA ALARMA

Cuando todo el pueblo dormía o por lo menos intentaba hacerlo, las campanas dieron cuenta de una emergencia, entonces las amas de casa ganaron las calles provistas de pitos o cacerolazos. Las sirenas de las ambulancias también anunciaron que una nueva emergencia se había desatado por segunda vez en menos de 48 horas.
Cientos y hasta miles de personas, con palos, botellas de agua, piedras y hasta estacas estaban decididas a defender lo que consideran suyo: una mayor partida de canon minero.
La Av. Balta congregó a diversas unidades que trasladaban a los manifestantes a la zona del conflicto, el puente Montalvo. El obispo de Tacna, Marcos Cortez, se desplazó también hasta allí, dado que comprometió su palabra para que la Policía no contraataque.
Sin embargo, todo no pasó de ser una falsa alarma. Ningún efectivo policial estaba en el puente.
No se descarta que la "bola" haya sido rodada por la misma Policía a fin de medir la capacidad de respuesta de la población.
INCENDIO Y VOLANTES

Otro hecho que provocó zozobra entre los manifestantes reunidos en Montalvo fue un incendio.
Según testigos, el temor a que los policías desciendan por los cerros y los cojan desprevenidos hizo que los manifestantes prendieran fuego a algunos árboles para poder tener algo de iluminación.
Sin embargo, algunos carrizales que fueron encendidos a la 1 a.m. terminaron provocando un incendio de grandes proporciones, con lenguas de fuego que superaron los 15 metros de altura; de modo tal que los esfuerzos de los bomberos por momentos resultaban insuficientes, incluso después de que los manifestantes no dudaran en juntarse y, provistos de baldes, comenzaron también a intentar apagar las poderosas llamas.
Recién al promediar la 1 p.m. el fuego fue prácticamente controlado, pero las amenazas de que este reviva eran permanentes.
Santiago Pari, propietario del Fundo La Condesa, donde se produjo el incidente, muy cerca del cruce del puente Montalvo, precisó que en total se dañaron 2 hectáreas y que las pérdidas bordeaban los 50 mil soles.
Por la tarde quedó confirmado que es abrumador el temor en la población de una nueva intervención de la Policía Nacional.
A las 3 p.m. un helicóptero policial sobrevoló la ciudad y arrojó volantes, firmados por el ministerio del Interior y la Policía Nacional del Perú, con mensajes diversos como "cárcel para los que secuestran a la policía", "la violencia genera más violencia", "madre moqueguana: cuida tus hijos", "todas las personas merecen respeto", valoro la libertad, entre otros.
Este hecho fue considerado una provocación. En las calles la gente manifestaba que lo único que iban a conseguir era que todos estén más atentos para responder ante una nueva intervención policial.
SALUD Y ECONOMÍA CRÍTICAS

En Ilo, otra de las provincias importantes de la región Moquegua, también se cumplió ayer el noveno día de paralización indefinida.
Aunque los bloqueos permanecen en los puntos estratégico dentro de esta ciudad (en el norte, a la altura de la fundición y la refinería de la Southern Perú; y en el sur, en Puerto Inglés), las actividades comerciales se desarrollaron en forma restringida.
Una de las cosas que más preocupa a la población del puerto es el recojo de basura, que no se cumple desde que se inició la medida de protesta, el martes 10 de junio.
Los esfuerzos de la población por organizarse y quemar los desperdicios para evitar posibles infecciones parecían ser insuficientes, y actualmente existe el temor de que las acumulaciones de desechos podrían desencadenar algunas infecciones en la población.
Mientras tanto, en la ciudad se observaron más unidades de transporte urbano y negocios atendiendo con mayor confianza. Pero como la protesta continúa, en el décimo día de huelga un reducido número de comerciantes inició el expendio de productos en los alrededores del mercado central de la ciudad.
Sucede que no solo son escasos los productos que se ofertan, sino que además se expenden a precios más elevados de lo normal.
En el caso de la carne de res, esta es vendida de forma clandestina, pues los camales y mercados hace mucho que cerraron sus puertas.
Como sea, el precio de ese alimento pasó de 8 a 13 nuevos soles el kilo, mientras que la carne de pollo que se vendía antes a 6.50 nueve soles, ahora se ofrece a 10 nuevos soles.
En cuanto a la verdura, los productos se incrementaron entre 20 y 30 céntimos por kilo, a pesar de que muchos de ellos se obtienen en el valle de esta misma ciudad.
De otro lado, algunos comercios comenzaron a brindar servicios por espacios cortos de tiempo durante el día, observándose un desabastecimiento en los productos de abarrotes.
La situación de Tacna era tan o más grave que la de Moquegua.
EL DATO
Tacna reclama. Víctima también del bloqueo de la Panamericana Sur, la ciudad de Tacna ve agravarse el desabastecimiento de alimentos y combustibles (las colas en mercados y grifos son extensas). Por eso sus pobladores salieron a las calles a reclamar al gobierno central que restablezca el orden, y por la noche la autoridad regional denunció penalmente a los promotores del cierre forzado del Puente Montalvo por impedir el libre tránsito de personas y alimentos.
"Que no tomen represalias"
Ante el anuncio de la fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, sobre la identificación de algunos responsables del bloqueo de carreteras y de la retención de policías en Moquegua, los alcaldes de esta región exigieron que no se tomen represalias contra la población que tomó las medidas de fuerza. Ellos consideran que el gobierno central es el responsable de que el conflicto haya llegado a tales niveles de violencia porque transmitieron sus reclamos en reiteradas oportunidades en reuniones con el ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, desde hace un año y cuatro meses.
"Parte de la negociación con el gobierno central es que no se tomen represalias contra la población, porque quien incitó todo este problema es, precisamente, el gobierno central", dijo el alcalde del distrito de Samegua, Renzo Quiroz, antes de dirigirse a la mesa de diálogo con el premier Jorge del Castillo en la Presidencia del Consejo de Ministros.
Quiroz y otros burgomaestres señalaron que el martes le entregaron una carta a Del Castillo en la que fijaban su posición sobre este punto. "Que no se tomen represalias contra ningún ciudadano de nuestra región", precisa el documento en el que se solicita al Ejecutivo que solucione el problema de manera inmediata, y exigen una compensación por el reparto desigual del canon minero.