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En diálogo con elcomercio.com.pe, el director del fondo de reconstrucción del sur (Forsur) defendió su gestión en las zonas devastadas por el terremoto.
A seis meses de haber asumido la conducción del Fondo de Reconstrucción del Sur (Forsur), el empresario Julio Favre, reflexiona sobre las críticas que recibe, tanto personales como profesionales, así como sobre su aventura en los vericuetos de la burocracia.
¿Es fácil trabajar con una persona como el presidente regional de Ica, quien constantemente pide que se disuelva el Forsur?-Eso es lo complicado, encontrar personas que estando en el directorio creen que son una especie de jefe del sindicato del directorio. Esta es la democracia, y tienes que aprender a lidiar con gente que piensa diferente que tú. Al final, menos mal que la mayoría son muy colaboradores.
El Forsur ha recibido críticas no solo de autoridades locales o pobladores, que son entendibles, sino del Legislativo y el Ejecutivo. ¿Se ha superado esta etapa de problemas internos?-Espero que sí. Ya en las últimas semanas no hemos recibido muchas críticas, pero siempre va a haberlas. Somos un país de criticones. Creo que gran parte de la crítica es injusta pero comprensible, sobre todo de parte de los damnificados, porque son personas que están en una necesidad enorme de vivienda y sienten que el Estado los ha abandonado. Hay más de 75 mil viviendas que reconstruir, todos los hospitales, las comisarías y hasta la cárcel. Es una tarea de una magnitud enorme que va a demorar algunos años para que se concluya. Creo que el proceso, una vez que esté planeado y priorizado, se va a dar mucho más rápido de aquí en adelante.
El que usted esté a cargo del Forsur representa esta idea de que los empresarios tienen cierto conocimiento que puede aportar mucho a la actividad estatal. ¿Qué tan difícil fue este paso de ser un empresario a ser un funcionario público?-Diría que los empresarios no nos diferenciamos demasiado de la 'empleocracia' pública en cuanto a capacidades intelectuales o habilidades. Lo que pasa es que el empresariado privado se maneja en un ámbito diferente. En mi empresa, tomo la decisión de contratar a una persona o de comprar una computadora, y se hace en diez minutos. Acá tienes que sumergirte en esta maraña de pasos y te demoras dos meses. Creo que un empresario privado que lo ponen de funcionario público es más ineficiente que un funcionario público, porque éste sabe cómo son los vericuetos. ¿Cuál es el valor agregado que le damos a esto? La capacidad de gerencia, las relaciones que existen con el mundo empresarial, con el mundo político al más alto nivel y esa asepsia que se suponía debíamos tener nosotros para poder trabajar sin ninguna oposición de los partidos políticos. Ahí es donde nosotros sufrimos mucho la crítica de personas que pensaron que el Forsur se creaba para quitarles a ellos la posibilidad de manejar los dineros de la reconstrucción a su antojo.
¿Cuando el presidente le pidió que encabezara el Forsur, esperaba todo el tipo de críticas que recibe? No solo han atacado su labor, sino que también pusieron en duda su pasado...-No son cosas de mi pasado. Son inventos de mi pasado, porque a mí me han llamado hasta a la Fiscalía de todas las estupideces que han hablado de mí. Menos mal que eso ya se acabó. Acá hay mucho libertinaje de prensa y me han insultado en primeras páginas diarios amarillos. La verdad es que sí me esperaba muchas críticas. He estado con la gente de Forec (Fondo de Reconstrucción de Colombia) y nos advirtieron lo que se venía. Me siento bien de haberlo hecho por mi país, pero sinceramente no me imaginé que las críticas iban a ser tan perversas y tan injustas. Pero así es cuando tú asumes esto, tienes que aprender a aguantar.
Hasta en dos ocasiones ha demostrado un deseo de dar un paso al costado. ¿Sigue pensando en renunciar?- Cuando dije eso fue porque tres de los jerarcas máximos del partido de Gobierno habían hecho declaraciones prácticamente en conjunto contra mí. Eso para mí fue una señal muy mala, porque yo acepto que Humala o que la izquierda me ataque, porque nunca les ha gustado que un empresario esté en este trabajo, pero si el propio partido de Gobierno, al que estoy defendiendo, me ataca, dije: 'a lo mejor acá hay algo que no conozco, mejor lo digo claramente'. Y cuando dije que si no me dan el presupuesto, renuncio, es lógico. Si a mí me mandan a pelear contra Tyson, ya es un tremendo reto, y si encima te amarran los pies y las manos, ya sería un suicida. Además, hemos cumplido el trabajo que nos han encomendado, hacer el plan y vamos a presentar un balance. Tampoco tengo que permanecer mucho tiempo en una organización como esta. Nosotros hemos hecho el ordenamiento de la reconstrucción y son los sectores los que deben comenzar a hacer este trabajo de construir colegios, hospitales y casas. Soy un empresario activo y he descuidado prácticamente mis negocios, que dejé de visitar durante cinco meses. Llega un momento en que hay un periodo de transición que se va a dar. ¿Ya se acerca el momento en que va a dar un paso al costado?- Veré cuándo lo hago. Por supuesto que tengo que conversarlo con el presidente de la República, pero sí hay un momento en que necesito dedicarme a mis actividades privadas. He sacrificado seis meses en este trabajo.
¿Es fácil trabajar con una persona como el presidente regional de Ica, quien constantemente pide que se disuelva el Forsur?-Eso es lo complicado, encontrar personas que estando en el directorio creen que son una especie de jefe del sindicato del directorio. Esta es la democracia, y tienes que aprender a lidiar con gente que piensa diferente que tú. Al final, menos mal que la mayoría son muy colaboradores.
El Forsur ha recibido críticas no solo de autoridades locales o pobladores, que son entendibles, sino del Legislativo y el Ejecutivo. ¿Se ha superado esta etapa de problemas internos?-Espero que sí. Ya en las últimas semanas no hemos recibido muchas críticas, pero siempre va a haberlas. Somos un país de criticones. Creo que gran parte de la crítica es injusta pero comprensible, sobre todo de parte de los damnificados, porque son personas que están en una necesidad enorme de vivienda y sienten que el Estado los ha abandonado. Hay más de 75 mil viviendas que reconstruir, todos los hospitales, las comisarías y hasta la cárcel. Es una tarea de una magnitud enorme que va a demorar algunos años para que se concluya. Creo que el proceso, una vez que esté planeado y priorizado, se va a dar mucho más rápido de aquí en adelante.
El que usted esté a cargo del Forsur representa esta idea de que los empresarios tienen cierto conocimiento que puede aportar mucho a la actividad estatal. ¿Qué tan difícil fue este paso de ser un empresario a ser un funcionario público?-Diría que los empresarios no nos diferenciamos demasiado de la 'empleocracia' pública en cuanto a capacidades intelectuales o habilidades. Lo que pasa es que el empresariado privado se maneja en un ámbito diferente. En mi empresa, tomo la decisión de contratar a una persona o de comprar una computadora, y se hace en diez minutos. Acá tienes que sumergirte en esta maraña de pasos y te demoras dos meses. Creo que un empresario privado que lo ponen de funcionario público es más ineficiente que un funcionario público, porque éste sabe cómo son los vericuetos. ¿Cuál es el valor agregado que le damos a esto? La capacidad de gerencia, las relaciones que existen con el mundo empresarial, con el mundo político al más alto nivel y esa asepsia que se suponía debíamos tener nosotros para poder trabajar sin ninguna oposición de los partidos políticos. Ahí es donde nosotros sufrimos mucho la crítica de personas que pensaron que el Forsur se creaba para quitarles a ellos la posibilidad de manejar los dineros de la reconstrucción a su antojo.
¿Cuando el presidente le pidió que encabezara el Forsur, esperaba todo el tipo de críticas que recibe? No solo han atacado su labor, sino que también pusieron en duda su pasado...-No son cosas de mi pasado. Son inventos de mi pasado, porque a mí me han llamado hasta a la Fiscalía de todas las estupideces que han hablado de mí. Menos mal que eso ya se acabó. Acá hay mucho libertinaje de prensa y me han insultado en primeras páginas diarios amarillos. La verdad es que sí me esperaba muchas críticas. He estado con la gente de Forec (Fondo de Reconstrucción de Colombia) y nos advirtieron lo que se venía. Me siento bien de haberlo hecho por mi país, pero sinceramente no me imaginé que las críticas iban a ser tan perversas y tan injustas. Pero así es cuando tú asumes esto, tienes que aprender a aguantar.
Hasta en dos ocasiones ha demostrado un deseo de dar un paso al costado. ¿Sigue pensando en renunciar?- Cuando dije eso fue porque tres de los jerarcas máximos del partido de Gobierno habían hecho declaraciones prácticamente en conjunto contra mí. Eso para mí fue una señal muy mala, porque yo acepto que Humala o que la izquierda me ataque, porque nunca les ha gustado que un empresario esté en este trabajo, pero si el propio partido de Gobierno, al que estoy defendiendo, me ataca, dije: 'a lo mejor acá hay algo que no conozco, mejor lo digo claramente'. Y cuando dije que si no me dan el presupuesto, renuncio, es lógico. Si a mí me mandan a pelear contra Tyson, ya es un tremendo reto, y si encima te amarran los pies y las manos, ya sería un suicida. Además, hemos cumplido el trabajo que nos han encomendado, hacer el plan y vamos a presentar un balance. Tampoco tengo que permanecer mucho tiempo en una organización como esta. Nosotros hemos hecho el ordenamiento de la reconstrucción y son los sectores los que deben comenzar a hacer este trabajo de construir colegios, hospitales y casas. Soy un empresario activo y he descuidado prácticamente mis negocios, que dejé de visitar durante cinco meses. Llega un momento en que hay un periodo de transición que se va a dar. ¿Ya se acerca el momento en que va a dar un paso al costado?- Veré cuándo lo hago. Por supuesto que tengo que conversarlo con el presidente de la República, pero sí hay un momento en que necesito dedicarme a mis actividades privadas. He sacrificado seis meses en este trabajo.
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