Los trabajadores encontraron una abertura en el muro que se desplomó y se negaron a seguir con la obra, pero la constructora no les hizo caso.
Ante el riesgo que significaba trabajar en una obra que presentaba fallas, los obreros fallecidos tras el derrumbe de un muro en La Victoria, se habían negado a continuar con su labor, pero la empresa contratista hizo caso omiso a sus advertencias.
Ante el riesgo que significaba trabajar en una obra que presentaba fallas, los obreros fallecidos tras el derrumbe de un muro en La Victoria, se habían negado a continuar con su labor, pero la empresa contratista hizo caso omiso a sus advertencias.
Según afirmó el dirigente del Frente Desocupado de Construcción Civil de Manzanilla-San Borja, César Aquije, el obrero Mario Enrique Zapta Toche, una de las víctimas de la obra, se percató de que un muro presentaba un alto riesgo de desplome, pero la empresa contratista se negó a suspender las labores.
"Mario Zapata es cuñado de mi hermano y me llamó para contarme que habían encontrado una abertura de unos 10 centímetros entre el muro que se cayó y el piso de la casa colindante. Le explicaron al maestro de obras, pero no les hicieron caso", reveló a la agencia de noticias Andina.
NO QUERÍAN TRABAJAR. Asimismo, indicó que el mismo Zapata le dijo que los obreros se rehusaron a continuar trabajando, pues temían sufrir un accidente.
"El maestro de obras se comunicó con Juan Arratia Acho, dueño de la empresa JAA Contratistas Generales, pero éste no accedió al pedido y les dijo a los obreros que no había problema y que siguieran trabajando", afirmó.
El dirigente relató que Mario Zapata le comunicó por teléfono sobre esta situación, alrededor de las 8:00 horas del miércoles, momentos antes del derrumbe, ocurrido pasadas las 9 de la mañana.
"Como Arratia no aceptó que dejaran de trabajar, los obreros le pidieron material para por lo menos armar una viga que sostuviera la pared, pero tampoco aceptó. Ellos (los obreros) tuvieron que volver al trabajo, ocurriendo finalmente lo que todos hemos visto", apuntó.
Los obreros de construcción civil se encontraban haciendo una zanja antes de quedar sepultados por la inmensa pared de concreto que medía unos 80 centímetros de grosor, seis metros de altura y 30 metros de largo.
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La Victoria, Gamarra, obreros, Construcción Civil, Tragedia
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