Elisabeth Fritzl, la hija del carcelero de Amstetten Josef Fritzl, exculpó a su madre del martirio que sufrió durante los 24 años que vivió encerrada en un sótano donde su padre la sometió a continuas violaciones. La información fue dada a conocer por el semanario alemán "Der Spiegel", que mañana publicará una investigación sobre el caso de incesto que desde hace una semana conmociona a los austríacos. En todos esos años, dijo que sólo recibió alimentos y vestidos, y su madre, Rosemarie, "nunca supo nada ni tuvo nada que ver con lo que ocurrió". Según el periódico, eso habría declarado la víctima a la Policía. De acuerdo con la fuente, la hija de Fritzl pasó los nueve primeros años de su cautiverio en una única estancia del zulo, y hasta 1993 el acusado, de 73 años, no organizó otros espacios. Por ello, los hijos/nietos nacidos en ese tiempo fueron testigos de las violaciones continuas. La víctima declaró también que su padre la mantuvo esposada durante los dos primeros días, y que en los seis o nueve meses siguientes la dejó atada las 24 horas del día.
Elisabeth estuvo atrapada durante casi un cuarto de siglo en el sótano de la casa familiar, donde fue violada sistemáticamente por el padre, con el que tuvo siete hijos nacidos en condiciones infrahumanas. La suerte que corrieron los niños fue dispar, puesto que Fritzl subió del zulo a tres bebés de pocos meses en los años 1993, 1994 y 1997, alegando ante su familia que la hija (supuestamente desaparecida en una secta) los había depositado delante de la puerta. Y mientras que tres menores disfrutaron de una educación ejemplar, los otros hermanos malvivieron en el calabozo de unos 60 metros cuadrados y 1,70 metros de altura. El séptimo niño murió poco después de su nacimiento, y el septuagenario confesó que quemó su cuerpo en el horno de la vivienda. Kerstin -la hija mayor de Elisabeth- sigue internada en el hospital de Amstetten en estado grave, posiblemente debido a una infección originada en el zulo.Horas en el zuloMientras avanza la investigación, las autoridades tratan de cerrar los muchos interrogantes abiertos. Quieren saber, por ejemplo, si Fritzl dijo la verdad al afirmar que el complejo mecanismo electrónico de apertura de la puerta del subsuelo cuenta con un temporizador que permitiría abrirla de forma manual desde adentro, después de no ser utilizada durante un determinado tiempo.Otra de las dudas de los pesquisas es saber si alguien de la familia sabía algo al respecto. La pregunta surgió después de que se conocieran unas fotos de Fritzl en Tailandia. Se sabe que el ingeniero jubilado pasó en 1998 unas vacaciones en ese país, considerado el paraíso para cualquier turista sexual. La pregunta que se formulan los investigadores es: ¿quién cuidó de los rehenes mientras el verdugo se marchó? En las últimas horas se conoció, además, el testimonio de la cuñada Christine R., quien reveló que el hombre de 73 años pasaba horas en el sótano de su casa. "Todas las mañanas, a las 9, Josef bajaba al zulo, supuestamente para dibujar unos planos que planeaba presentar a una empresa", relató la testigo. "A veces también pasaba toda la noche allí. Ahora sabemos porqué...", agregó la cuñada, en referencia a las sistemáticas violaciones. Christine aseguró además que Fritzl humilló a su hermana durante los 51 años de matrimonio, y que siempre maltrató a los hijos, quienes se casaron jóvenes para huir de la casa paterna.(AFP-NA-DPA-Especial-Reuters)
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