El Papa se despidió de 500 mil personas congregadas en el Hipódromo de Ranwick y con una misa concluyó su visita al país oceánico, además de conferir a 24 jóvenes, entre ellos un mexicano.
El Papa Benedicto XVI concluyó hoy domingo su visita a Australia, en donde asistió a la Jornada Mundial de la Juventud, evento que clausuró con una misa multitudinaria en la que confirió la confirmación a 24 jóvenes, uno de ellos mexicano.
Ante unas 500 mil personas congregadas en el Hipódromo de Randwick, a las afueras de esta ciudad, el Pontífice impuso el aceite sagrado a 24 jóvenes, 14 de ellos australianos y otros 10 de diversos países, entre los que estaba Juan Martínez, de San Luis Potosí, México.
Los otros jóvenes que recibieron el sacramento de la confirmación eran procedentes de Sudáfrica, Vietnam, Singapur, Bolivia, Uruguay e Islas Fiji.
En la misa de este domingo, el Papa pidió a los congregados que sean los "profetas" de una nueva era, donde reine el amor sobre la codicia, el egoísmo y la superficialidad.
El sábado, el líder de los católicos encabezó una jornada de vigilia y oración, en la que pidió que Dios conceda a los jóvenes los dones de la sabiduría, el consejo, la fortaleza, la ciencia y la piedad.
"Estos dones del espíritu no con ni un premio ni un reconocimiento, son simplemente dones y exigen de parte de quien los recibe una sola respuesta: ‘Sí, acepto`", apuntó.
Entre los aspectos destacables de la estancia de Benedicto XVI sobresale la cobertura informativa de la prensa australiana a la solicitud de perdón del Papa a familiares y víctimas de la pederastia cometida por algunos miembros de la Iglesia Católica.
No obstante, también existió el rechazo público de agrupaciones que no aceptaron esas disculpas y exigieron "acciones concretas" al pontífice.
Tal es el caso de Broken Rites Australia y la coalición NoToPope (NoAlPapa), ya que esta última convocó a cientos de personas a protestar en la plaza Taylor Square.
Pero la fascinación ejercida por el Papa en las multitudes de creyentes originó anécdotas dignas de consignar, como la de Juanita Gamboa y Maricruz Martínez, dos abuelitas mexicanas que lo han seguido hasta Alemania en 2005 y ahora se encuentran aquí.
Las señoras viajaron desde su natal Monterrey, estado de Nuevo León, como parte de un heterogéneo grupo de peregrinos católicos conformado en su mayoría por jóvenes, quienes las adoptaron como sus consejeras.
Juanita, de 67 años, es jubilada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con 30 años de servicio y 26 como viuda, tiene cuatro hijos y participó por primera vez en una Jornada Mundial de la Juventud en 2005 en Colonia (Alemania).
En aquella ocasión sus hijas gemelas estaban inscritas para asistir al encuentro pero finalmente no pudieron viajar y ella decidió tomar su lugar; quedó tan impactada con la experiencia que decidió repetirla este 2008.
Asimismo, un grupo de jóvenes mexicanos realizó un viaje de 52 horas para llegar a esta ciudad y evitar el paso por Estados Unidos, país que les negó visas de tránsito.
A la Jornada Mundial de la Juventud se previó la asistencia de cuatro mil fieles de México, pero sólo llegaron unos mil 500; muchos quedaron afuera por cuestiones migratorias.
Poco más de 50 peregrinos de las diócesis de Querétaro, Ciudad de México, Yucatán, Morelos y estado de México debieron cumplir un tortuoso itinerario con diversas escalas debido a que no les permitieron cruzar Estados Unidos y hacer así un viaje más corto.
Ante unas 500 mil personas congregadas en el Hipódromo de Randwick, a las afueras de esta ciudad, el Pontífice impuso el aceite sagrado a 24 jóvenes, 14 de ellos australianos y otros 10 de diversos países, entre los que estaba Juan Martínez, de San Luis Potosí, México.
Los otros jóvenes que recibieron el sacramento de la confirmación eran procedentes de Sudáfrica, Vietnam, Singapur, Bolivia, Uruguay e Islas Fiji.
En la misa de este domingo, el Papa pidió a los congregados que sean los "profetas" de una nueva era, donde reine el amor sobre la codicia, el egoísmo y la superficialidad.
El sábado, el líder de los católicos encabezó una jornada de vigilia y oración, en la que pidió que Dios conceda a los jóvenes los dones de la sabiduría, el consejo, la fortaleza, la ciencia y la piedad.
"Estos dones del espíritu no con ni un premio ni un reconocimiento, son simplemente dones y exigen de parte de quien los recibe una sola respuesta: ‘Sí, acepto`", apuntó.
Entre los aspectos destacables de la estancia de Benedicto XVI sobresale la cobertura informativa de la prensa australiana a la solicitud de perdón del Papa a familiares y víctimas de la pederastia cometida por algunos miembros de la Iglesia Católica.
No obstante, también existió el rechazo público de agrupaciones que no aceptaron esas disculpas y exigieron "acciones concretas" al pontífice.
Tal es el caso de Broken Rites Australia y la coalición NoToPope (NoAlPapa), ya que esta última convocó a cientos de personas a protestar en la plaza Taylor Square.
Pero la fascinación ejercida por el Papa en las multitudes de creyentes originó anécdotas dignas de consignar, como la de Juanita Gamboa y Maricruz Martínez, dos abuelitas mexicanas que lo han seguido hasta Alemania en 2005 y ahora se encuentran aquí.
Las señoras viajaron desde su natal Monterrey, estado de Nuevo León, como parte de un heterogéneo grupo de peregrinos católicos conformado en su mayoría por jóvenes, quienes las adoptaron como sus consejeras.
Juanita, de 67 años, es jubilada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con 30 años de servicio y 26 como viuda, tiene cuatro hijos y participó por primera vez en una Jornada Mundial de la Juventud en 2005 en Colonia (Alemania).
En aquella ocasión sus hijas gemelas estaban inscritas para asistir al encuentro pero finalmente no pudieron viajar y ella decidió tomar su lugar; quedó tan impactada con la experiencia que decidió repetirla este 2008.
Asimismo, un grupo de jóvenes mexicanos realizó un viaje de 52 horas para llegar a esta ciudad y evitar el paso por Estados Unidos, país que les negó visas de tránsito.
A la Jornada Mundial de la Juventud se previó la asistencia de cuatro mil fieles de México, pero sólo llegaron unos mil 500; muchos quedaron afuera por cuestiones migratorias.
Poco más de 50 peregrinos de las diócesis de Querétaro, Ciudad de México, Yucatán, Morelos y estado de México debieron cumplir un tortuoso itinerario con diversas escalas debido a que no les permitieron cruzar Estados Unidos y hacer así un viaje más corto.
0 comentarios:
Publicar un comentario