Su hijo apagó la luz y ella creyó que habían vuelto los guerrilleros.
La ex rehén de las FARC Ingrid Betancourt reconoció que quiere tiempo para "vivir de verdad esta felicidad" con sus dos hijos.
La ex senadora colombiana sugirió en la televisión pública francesa que sufre efectos sicológicos debido al secuestro y relató un momento de "angustia" que tuvo en la noche del viernes en la habitación del hotel donde se aloja en París.
"Tomé una ducha caliente para relajarme, y mi hijo, que daba vueltas como una abeja en la habitación, apagó la luz por descuido. Me encontré en ese cuarto de baño, sin luz, en la total oscuridad, y perdí la noción de dónde estaba", relató.
"Me entró la angustia y me dije ‘Dios mío, llegaron, las FARC volvieron’. Estaba en una pesadilla", agregó. Betancourt dijo que se siente "descolocada" y ahora piensa seguir las indicaciones de los médicos y tomarse un tiempo para "vivir de verdad esta felicidad" con sus dos hijos.
"Este descanso, es un descanso con el que sueño", comentó.
EL DATO
Impresiones. "Lo comentamos con los médicos, todos estábamos sorprendidos de constatar que el cuerpo es una máquina que tiene una resistencia extraordinaria", dijo Ingrid.
La ex senadora colombiana sugirió en la televisión pública francesa que sufre efectos sicológicos debido al secuestro y relató un momento de "angustia" que tuvo en la noche del viernes en la habitación del hotel donde se aloja en París.
"Tomé una ducha caliente para relajarme, y mi hijo, que daba vueltas como una abeja en la habitación, apagó la luz por descuido. Me encontré en ese cuarto de baño, sin luz, en la total oscuridad, y perdí la noción de dónde estaba", relató.
"Me entró la angustia y me dije ‘Dios mío, llegaron, las FARC volvieron’. Estaba en una pesadilla", agregó. Betancourt dijo que se siente "descolocada" y ahora piensa seguir las indicaciones de los médicos y tomarse un tiempo para "vivir de verdad esta felicidad" con sus dos hijos.
"Este descanso, es un descanso con el que sueño", comentó.
EL DATO
Impresiones. "Lo comentamos con los médicos, todos estábamos sorprendidos de constatar que el cuerpo es una máquina que tiene una resistencia extraordinaria", dijo Ingrid.
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