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El embajador de Perú en Bolivia, Fernando Rojas, partió hoy a Lima tras ser llamado a consultas por su Gobierno para analizar las relaciones bilaterales entre ambos países, confirmaron a Efe fuentes de la legación peruana en La Paz.
Perú convocó a su embajador en La Paz tras el malestar que causaron en el Gobierno de Alan García unas declaraciones del presidente Evo Morales sobre la supuesta instalación de bases militares de Estados Unidos en territorio peruano.
Tanto el Gobierno peruano como su embajador calificaron de "injerencia" las afirmaciones de Morales, que constituyen el más reciente episodio de una secuencia de "roces" entre ambos países durante las últimas semanas.
El Gobierno de Bolivia no se ha pronunciado aún sobre este incidente diplomático y ha afirmado que "no hay nada que comentar".
Esta fue la única respuesta que ofreció ayer el vicepresidente, Álvaro García Linera, a las insistentes preguntas de los periodistas, según mostró hoy el canal televisivo Red Uno.
Fuentes de la Embajada de Perú aseguraron a Efe que no han recibido llamada o comunicación alguna por parte del Gobierno de Bolivia para interesarse por la situación.
El embajador Rojas calificó ayer de "muy preocupantes" las relaciones entre su país y Bolivia, que se han ido deteriorando en las últimas semanas por diferencias en asuntos como la negociación del acuerdo comercial entre la Comunidad Andina (CAN) y la Unión Europea (UE).
Precisamente, la UE suspendió ayer la próxima Ronda de Negociaciones para un Acuerdo de Asociación con la CAN por la "ausencia de posiciones conjuntas" en el grupo andino.
Las relaciones bilaterales Bolivia-Perú vivieron otro momento de tensión el pasado mayo, cuando el Gobierno de Alan García presentó una queja formal porque Morales vinculó a autoridades peruanas en un supuesto complot promovido por EE.UU. para intentar extraditar alperiodista peruano Walter Chávez, ex asesor del mandatario boliviano.
Otro motivo de malestar para Perú llegó pocos días después cuando Morales declaró que ve al presidente García "gordo" y "poco antiimperialista".
Perú también ha expresado sus diferencias con Bolivia en temas como la prohibición decretada por el Gobierno de Morales para exportar aceite o las nacionalizaciones en el sector de hidrocarburos que afectaron a una compañía de capital peruano.
Con Fernando Rojas, ya son dos los embajadores acreditados en La Paz que han sido llamados a consultas por problemas entre Morales y sus Gobiernos.
El pasado 16 de junio, Estados Unidos convocó a su embajador, Philip Goldberg, tras una violenta y masiva protesta contra su legación en La Paz apoyada por el propio Morales y que se organizó en protesta por el asilo político concedido a un ex ministro boliviano acusado de genocidio.
Perú convocó a su embajador en La Paz tras el malestar que causaron en el Gobierno de Alan García unas declaraciones del presidente Evo Morales sobre la supuesta instalación de bases militares de Estados Unidos en territorio peruano.
Tanto el Gobierno peruano como su embajador calificaron de "injerencia" las afirmaciones de Morales, que constituyen el más reciente episodio de una secuencia de "roces" entre ambos países durante las últimas semanas.
El Gobierno de Bolivia no se ha pronunciado aún sobre este incidente diplomático y ha afirmado que "no hay nada que comentar".
Esta fue la única respuesta que ofreció ayer el vicepresidente, Álvaro García Linera, a las insistentes preguntas de los periodistas, según mostró hoy el canal televisivo Red Uno.
Fuentes de la Embajada de Perú aseguraron a Efe que no han recibido llamada o comunicación alguna por parte del Gobierno de Bolivia para interesarse por la situación.
El embajador Rojas calificó ayer de "muy preocupantes" las relaciones entre su país y Bolivia, que se han ido deteriorando en las últimas semanas por diferencias en asuntos como la negociación del acuerdo comercial entre la Comunidad Andina (CAN) y la Unión Europea (UE).
Precisamente, la UE suspendió ayer la próxima Ronda de Negociaciones para un Acuerdo de Asociación con la CAN por la "ausencia de posiciones conjuntas" en el grupo andino.
Las relaciones bilaterales Bolivia-Perú vivieron otro momento de tensión el pasado mayo, cuando el Gobierno de Alan García presentó una queja formal porque Morales vinculó a autoridades peruanas en un supuesto complot promovido por EE.UU. para intentar extraditar alperiodista peruano Walter Chávez, ex asesor del mandatario boliviano.
Otro motivo de malestar para Perú llegó pocos días después cuando Morales declaró que ve al presidente García "gordo" y "poco antiimperialista".
Perú también ha expresado sus diferencias con Bolivia en temas como la prohibición decretada por el Gobierno de Morales para exportar aceite o las nacionalizaciones en el sector de hidrocarburos que afectaron a una compañía de capital peruano.
Con Fernando Rojas, ya son dos los embajadores acreditados en La Paz que han sido llamados a consultas por problemas entre Morales y sus Gobiernos.
El pasado 16 de junio, Estados Unidos convocó a su embajador, Philip Goldberg, tras una violenta y masiva protesta contra su legación en La Paz apoyada por el propio Morales y que se organizó en protesta por el asilo político concedido a un ex ministro boliviano acusado de genocidio.
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