Juan Diego Flórez tuvo una boda de ensueño

A las 6 y 30 de la tarde del sábado 5 de abril las campanas de la Catedral iniciaron un festivo repique anunciando a la ciudad y al mundo que el tenor Juan Diego Flórez y Julia Trappe son desde este día marido y mujer ante los ojos de Dios. Varios cientos de personas, apostadas desde antes de las cuatro de la tarde en la Plaza de Armas e inmediaciones, estallaron en gritos de júbilo y aplausos luego que el Cardenal Juan Luis Cipriani diera por concluida la ceremonia religiosa.

Tal como se había anunciado, las puertas de la Catedral se abrieron a las 4:00 de la tarde e inmediatamente empezaron a llegar los invitados que ingresaron por las puertas trasera, lateral y principales de la Basílica previo cotejo de sus identidades en una lista impresas en varias páginas. Hacia las 5:00 de la tarde la Catedral estaba totalmente llena y hasta había invitados sentados en sillas al final de las bancas destinadas a los que llegaron a última hora.

Cuando llegaron los novios, primero Juan Diego y luego Julia por diferencia de minutos después de las 5:00 de la tarde, la muchedumbre los adoró. "Es un príncipe", decía una emocionada anciana. "Ella es una reina", señalaba un señor que acudió a espectar la ceremonia con su perrito pekinés cruzado. Todos estaban encantados con los elegantes novios. Hasta Marissa Guiulfo, que estaba en ropa de trabajo, se acercó al Cadillac que trajo a la novia y hasta ayudó a alisar la larga cola del bellísimo traje blanco de Julia cuyo corset lucía cuajado de cristales Swaroski.

Sin embargo el público no fue nada indulgente con los que llegaron tarde a la misa, entre ellos el director de cine Frank Pérez Garland (en correcto terno oscuro, camisa color malva y corbata de seda), las actrices Vanesa Saba (que lucía un hermoso vestido rojo sin espalda y rematado en una rueda de bobos) y Claudia Berninzon (en un traje bastante sencillo y un poco pequeño para su talla) y el actor Carlos Thorton (en terno claro que hubiera estado mejor para horas diurnas), además de otros personajes amigos de los novios algunos de los cuales llegaron hasta más de una hora después de iniciada la ceremonia quienes fueron los que se llevaron las rechiflas más sonoras.

Y hablando de vestidos, las damas de honor de la novia y la madrina, es decir la madre de Julia Trappe, lucían vestidos dorados más o menos ceñidos. Pero no faltó una de las asistentes con un vestido azul que visiblemente necesita jubilación, algo imperdonable en alguien que se respete pero había que ir al matrimonio de todas maneras.

La novia había sido maquillada por Enzo Vitale quien contó que prácticamente no había tenido trabajo que hacer con la bella Julia dada la calidad de su cutis. "Hubo que ponerle un tono rosa más fuerte de lo que se le pone a las novias para que luciera mejor. Además le coloqué cristales Swaroski en el peinado para que lucieran a través del velo que estaba sujeto por una preciosa tiara", contó.

Cuando concluyó la misa, los flamantes esposos salieron a saludar al gentío que prorrumpió en aplausos mientras que numerosos periodistas sudaban la gota gorda para tomar la instantánea del momento. Los Flórez Trappe cruzaron la Plaza de Armas seguidos de sus numerosos invitados hacia el Palacio Municipal para el saludos y el brindis correspondiente. Posteriormente partirían hacia Barranco, al Museo de Osma precisamente, donde se realizará la fiesta matrimonial.

Fue una boda real, de ensueño, principesca. Algo que quedará en el recuerdo de la ciudad de Lima y sus pobladores que fueron testigos de algo que pareció arrancado de un cuento de hadas.